3 mitos sobre la traducción


Seguramente, desde tu paso por la facultad ya empezaste a escuchar algunos de estos mitos. ¿Te animás a analizarlos desde otra perspectiva? Si la respuesta es afirmativa, ¡empecemos!

Mito número 1: el traductor es invisible

Hay gente que afirma con vehemencia que nuestro trabajo debe «pasar desapercibido». Si bien es cierto que una buena traducción es la que refleja el texto fuente de forma fiel, prestando especial atención a los factores socioculturales de los idiomas involucrados y el objetivo del encargo, muchas veces nuestra intervención resulta en una versión mejorada en comparación con el texto fuente.

¿A qué me refiero con esto? Con frecuencia, el texto que recibimos está plagado de vicios o errores que entorpecen la lectura. Naturalmente, no trasladamos estos errores a nuestra traducción. Dependiendo de las características del proyecto, incluso podemos sugerir mejoras respecto de la disposición del texto. Por ejemplo, si tenemos que traducir un sitio web donde se menciona una lista muy extensa de elementos, podemos proponerle al cliente volcar esa información en una lista de viñetas para facilitar la lectura.

Estos son solo algunos supuestos que demuestran cómo nuestro servicio implica un valor agregado en el que a veces nuestra intervención debe notarse para que el texto cumpla su propósito de forma efectiva.

Mito número 2: el traductor trabaja todo el día y vive en pantuflas


¡Si habremos visto memes que grafican este mito! No les voy a mentir: esta profesión es sumamente exigente, pero por una cuestión lógica de que hay que trabajar para vivir —y no al revés—, es insostenible llevar una vida sin espacio para el ocio, la recreación y el cuidado de nuestra salud.

En mi humilde opinión, esta imagen de personas que viven trasnochando y solo trabajan sin cesar denota, por un lado, problemas para organizar el tiempo y, por otro, que están cobrando honorarios que no les permiten vivir dignamente trabajando ocho horas por día.

Como estos personajes que están en el imaginario colectivo duermen muy pocas horas y trabajan todo el santo día, de lunes a lunes, su aspecto debe ajustarse a esa realidad, y por eso dicen que vivimos en pantuflas. Es momento de preguntarnos si alguna vez recibimos un mensaje similar de otras profesiones. Por ejemplo, ¿una psicóloga que vive en pantuflas? ¿Un escritor que vive en pantuflas? ¿Una abogada que vive en pantuflas? Solo nombro algunas profesiones a título ilustrativo para invitar a la reflexión. ¡Claro que necesitamos comodidad para traducir! Eso está fuera de discusión. El punto es la imagen que queremos proyectar a la sociedad como profesionales, porque, si no, después aparecen titulares como los de La Nación donde se sostiene que nuestro trabajo es una changa.

Mito número 3: solo se puede lograr una buena traducción cuando traducimos hacia nuestra lengua madre

Este es un tema que parece estar muy instaurado en la comunidad profesional, sobre todo en otros países. Como el objetivo de este artículo es replantearnos ciertas cuestiones que suelen acatarse sin más, en Argentina partimos de la base de que, en virtud de la ley 20305, las traductoras públicas somos las profesionales con incumbencia para traducir textos desde o hacia un idioma extranjero «en los casos que las leyes así lo establezcan o a petición de parte interesada».

En ciertas áreas de especialización, como la traducción jurídica, me atrevo a decir que, en algunos casos, es hasta deseable contratar una traductora argentina para la traducción inversa de un documento redactado en español de Argentina. ¿Qué mejor que una traductora especializada en el derecho argentino (por ejemplo, si además es abogada) para transmitir de forma clara y precisa el mensaje de ese texto? Ciertamente no podemos decir lo mismo de la traducción literaria, en la que quien traduce a su lengua madre seguramente correrá con mayores ventajas.

En suma, podemos concluir que no existen las verdades absolutas y que, como buenas traductoras, debemos analizar los mensajes con un ojo crítico y procurar enaltecer la profesión.

 

COMENTARIOS

María José Costanzo
August 7, 2020

Mi querida, son mitos instalados a partir de la proliferación de traductores no profesionales. Puedo escuchar tu voz mientras leo. Estoy orgullosa de vos. MJ.

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