Hay ciertas aptitudes que son clave en el mercado de la traducción. Seguramente, una agencia preferirá el perfil de una persona proactiva, detallista y confiable. En las próximas líneas, veremos cómo podés reflejar estas tres cualidades al momento de establecer el primer contacto con la agencia que querés convertir en tu cliente.
En primer lugar, cabe destacar que es muy probable que la
agencia no esté buscando sumar traductores a su plantilla si no lo indica
explícitamente en su sitio web o en sus redes sociales.
Como señalé, la proactividad es un factor determinante
en nuestra profesión, y debemos ponerla en práctica incluso antes de
comunicarnos por primera vez con una agencia. Por eso, te recomiendo leer
atentamente el sitio web de la agencia con la que te gustaría trabajar para ver
quiénes son, cuál es su filosofía de trabajo, qué ramas de la traducción
abarcan y si efectivamente buscan traductores.
¿Por qué es tan importante esto? Por diversos motivos.
Primeramente, porque nos permitirá dirigirnos de forma personalizada a quien
corresponda, y esto facilitará la conexión con el destinatario de nuestra carta
de presentación. No es lo mismo escribir algo genérico como «estimados» que
«estimada Lucía» o «Dear Ms. White». Asimismo, tomarte este pequeño trabajo
para saber a quién escribirle hablará muy bien de vos como profesional, puesto
que demuestra no solo un interés genuino en trabajar con una determinada
agencia, sino también tus habilidades de investigación, que son fundamentales
para una buena traductora.
Además, esto te permitirá saber si la agencia cuenta con
una dirección de correo electrónico o un formulario especial para postulaciones
en línea.
Una vez que sabés a quién escribirle y por qué medio, es
recomendable demostrarle a esa persona que estuviste leyendo la página web y
que por eso sabés cómo tu trabajo podría serle de utilidad. Te sugiero que
también especifiques sucintamente la siguiente información en el cuerpo del correo:
Redactar una carta de presentación efectiva aumentará las
probabilidades de que la persona que recibe tu postulación descargue tu CV.
En este sentido, es menester que no tengas errores ortotipográficos
en el cuerpo del correo ni en el CV, así que prestá mucha atención antes de
enviarlos. En estos casos, siempre es bueno pedir al menos una opinión ajena
para ver cómo podemos mejorar nuestro CV, y creeme que siempre se puede
mejorar. Asimismo, organizar la información de forma prolija y breve también acreditará
tu grado de atención al detalle como traductora.
Con respecto a la confianza —elemento esencial de toda
relación humana—, deberás ganarte la oportunidad de demostrar que sos una
profesional que cumple lo prometido. Sin embargo, como es probable que no te
conozcan en la agencia donde querés trabajar, resulta muy útil ofrecer el
contacto de una persona de referencia que pueda dar fe de la calidad de tu
trabajo y tu compromiso. Del mismo modo, en tu perfil de LinkedIn, tienen mucho
valor las recomendaciones de tus clientes y colegas.
Por último, te sugiero que tengas preparada una especie de
plantilla con tu carta de presentación y tu CV para ahorrar tiempo sin
descuidar la personalización que requiere cada postulación; es decir, podés
tener un texto predeterminado, pero recordá hacer los ajustes necesarios para dirigirlo a alguien en especial y
poner mucho énfasis en cómo podés ayudar a esa persona en su trabajo.
¡Muchos éxitos en tu búsqueda! ☺